Nuestro miedo más profundo no es el de ser inadecuados.
Nuestro miedo más profundo es el de ser poderosos más allá de toda medida.
Es nuestra luz, no nuestra oscuridad, lo que nos asusta. Nos preguntamos:
¿Quién soy yo para ser brillante, hermoso, talentoso, extraordinario?
Más bien, la pregunta a formular es: ¿Quién eres tú para no serlo?
viernes, 18 de enero de 2013
el deseo
Cuando perdemos el deseo desaparecen los proyectos, los sueños y el futuro se ve negro y angustiante. Creo que lo más importante es resistir la tentación de regodearse en la lástima por uno mismo o en la creencia de un destino inmodificable y saber que hay una respuesta que habilita la salida de ese lugar emocional tan sufriente, y buscarla.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario