Nuestro miedo más profundo no es el de ser inadecuados.

Nuestro miedo más profundo es el de ser poderosos más allá de toda medida.

Es nuestra luz, no nuestra oscuridad, lo que nos asusta. Nos preguntamos:

¿Quién soy yo para ser brillante, hermoso, talentoso, extraordinario?

Más bien, la pregunta a formular es: ¿Quién eres tú para no serlo?

martes, 11 de junio de 2013

control emocional

"En una ocasión, me encontraba evaluando candidatos para astronautas", dice el psiquiatra Nick Kanas. "Les pedí que me dieran algunos ejemplos de cosas que pudiesen causar estrés".

Uno de los candidatos, piloto de pruebas, recordó la vez que se encontraba volando un aeroplano experimental y éste comenzó a girar fuera de control.Conforme el avión caía en espiral, él tomó su manual, lo consultó dando vuelta a las páginas calmadamente, y averiguó cómo resolver la situación. "Su habilidad para controlar temporalmente sus emociones era bastante impresionante", ríe Kanas.
Los astronautas manejan el estrés mucho mejor que la mayoría de nosotros. Ellos tienen que hacerlo, pues siempre hay algún riesgo latente: tormentas de radiación, basura espacial, la posibilidad de chocar -- o simplemente una nueva lista de cosas por hacer enviada desde Tierra. Todo se acumula.

En el Islam, la ira se considera como muestra de debilidad. Mahoma ha dicho
“El fuerte no es el que supera gente por su fuerza, sino que fuerte es el que se controla mientras que sufre de ira.”
La estabilidad y el equilibrio emocional forman la base psicológica de un jugador de primer nivel. Cada deporte requiere un tipo de respuesta emocional diferente que varía en los distintos momentos del encuentro; y además cada jugador tiene un estilo o temperamento emocional específico, con lo que se configura un rango muy variado de posibilidades. El público participa e interviene en estos apasionamientos colectivos. En general podemos afirmar que a paridad de técnica; quien gobierna sus emociones, gobierna el partido.
¿Que es una emoción? En principio es una reacción al ambiente y está al servicio de la supervivencia, por ejemplo el miedo prepara al organismo para huir o atacar, pero en el ser humano el miedo puede entorpecer la respuesta apropiada y bloquear o inhibir la mejor conducta. Los reptiles no parecen tener emociones, pero sí se manifiestan en las aves y los mamíferos, por lo que habrían aparecido con los animales de sangre caliente. Probablemente los dinosaurios ya contaran con algunas emociones bastante desarrolladas. En el animal salvaje las reacciones son prácticamente iguales para todos los miembros de la especie y están determinadas por la mejor conducta que pudo alcanzar el instinto a lo largo de la historia evolutiva de la especie. La liebre encontró en la angustia una forma de advertir a sus predadores y en la huída una forma de escapar de ellos. El león marca su territorio con rugidos y avisa a los otros machos que las hembras le pertenecen y que quien se acerque tendrá que vérselas con él; la furia y el enojo le ayudarán en la pelea con un eventual competidor.

“Un hombre que fácilmente monta en cólera,
puede ser provocado hasta la furia y
conducido hasta la muerte.”
Tu Yu General oriental Siglo II a.C.
Arthur Ashe escribe: Mi instructor de tenis, el doctor R. Walter Jonson, tenía un lema colgado en la pared para que todos lo vieran: “A AQUELLOS A QUIENES LOS DIOSES QUIEREN DESTRUIR, EMPIEZAN POR HACERLOS ENOJAR”. Leí este lema durante ocho veranos. Si bien al principio seguí su consejo porque así me lo indicaron, pronto me volví un verdadero creyente, ya que docenas de los padres de mis oponentes juveniles se acercaban al doctor Jonson y se maravillaban por el autocontrol de sus alumnos.
Aunque Ashe al principio siguió el autocontrol por la posibilidad cierta que los directores de torneos lo discriminaran por ser de color negro, poco a poco encontró la efectividad de la concentración, incluso sobre el efecto que podía tener sobre el contrario.
En los años cincuenta se pensaba que algunos directores de torneos podrían utilizar cualquier excusa para negarme la entrada. Mi decoro tenía que ser irreprochable.
Empecé a comprobar por mí mismo lo que mi expresión inmutable hacía con mis oponentes; cuando las alternativas del juego se tornaban difíciles, mostraba poco o nada de emoción, al margen de cómo fueran los tantos. Muchas veces otro tipo tiraba su raqueta, maldecía y se desataba.
Después de haber dejado de temer la discriminación racial continué adoptando mi expresión inmutable durante los partidos, lo que no sólo siguió desconcertando al oponente sino que me permitió minimizar el tiempo perdido en tratar de contener la frustración improductiva.
 [1]

“Si el guerrero es impulsivo, puede ser
inducido fácilmente al descontrol.”
Sun Tzu - El arte de la guerra
Es paradójico, un tenista necesita utilizar toda la fuerza y pasión del ello para pelear los tantos, pero se le hace necesario tener la mente fría para definirlos. Tal vez el término anestesia o apatía emocional describa mejor estos últimos procesos que suelen llamarse nervios de acero. Esta alexitimia deportiva debería ser solo temporaria y encauzada a fines específicos. Le hemos dado el nombre de Indiferencia Instrumental. Corresponde a la frialdad del cirujano en el momento de la operación quirúrgica.
Hay que tener en cuenta que autocontrol no es lo mismo que tranquilidad. Si hay que autocontrolarse demasiado es signo de que hay algo susceptible de descontrolarse. Muchas veces el enojo es un inadecuado derivado de la impotencia. Entiendo que para resolver el problema no se debe centrar el trabajo psíquico en el control del impulso negativo sino en su canalización, en su orientación mediante formas y fines específicos, lo que deviene en un aprovechamiento deportivo del impulso.

· Mientras mejor se sublima existe una menor necesidad de autocontrol.
· Si el deportista necesita controlarse mucho es signo que está descompensado emocionalmente.
· El autocontrol excesivo bloquea la fluidez y la espontaneidad en el juego.
En resumen no hay que controlar la emoción sino propiciar encauzamiento, dirigir el flujo emocional hacia la habilidad y garra en el juego. Es el mismo trabajo que hace un artista cuidando su inspiración.
En la evolución de las especies solo sobrevivieron aquellas que lograron una alta e ingeniosa especialización de sua respuesta frente al medio hostil. Por ejemplo las aves (dinosaurios chicos) que aprendieron primero a correr y luego a volar para escapar de los predadores terrestres. Si utilizamos una metáfora tomada del boxeo vemos que un golpe bien ubicado vale más que veinte al bulto. Recordamos aquí a Nicolino Locche, el intocable, que descontrolaba al rival esquivando las trompadas, hasta que encontraba la oportunidad de asestar los pocos pero precisos golpes necesarios para liquidar el combate.

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