Nuestro miedo más profundo no es el de ser inadecuados.

Nuestro miedo más profundo es el de ser poderosos más allá de toda medida.

Es nuestra luz, no nuestra oscuridad, lo que nos asusta. Nos preguntamos:

¿Quién soy yo para ser brillante, hermoso, talentoso, extraordinario?

Más bien, la pregunta a formular es: ¿Quién eres tú para no serlo?

domingo, 9 de junio de 2013

lie to me


 Lo que refleja

  • Acariciarse la quijada/ Toma de decisiones
  • Dar un tirón al oído/ Inseguridad
  • Frotarse las manos/ Impaciencia
  • Apretarse la nariz/ Evaluación negativa
  • Inclinar la cabeza hacia adelante/ Interés
  • Palma de la mano abierta/ Sinceridad, franqueza e inocencia
  • Unir los tobillos/ Aprehensión
  • Brazos cruzados a la altura del pecho/ Actitud defensiva
  • Frotarse un ojo/ Dudas
  • Tocarse ligeramente la nariz/ Mentir, dudar o rechazar algo
En el artículo “El lenguaje corporal de un mentiroso”, David Navarro Martínez indica que existen varias señales para reconocer un engaño. Como primera regla, se deberán identificar al menos dos gestos que confirmen la tendencia a la mentira.
Algunas claves que describe el autor:
Cómo descubrir una mentira
  • La orientación de la mirada: La gente tiende a mirar hacia arriba y a la derecha para imaginar o crear una nueva respuesta, y abajo a la derecha para crear el sonido de un nuevo argumento. La gente tiende a mirar hacia arriba a la izquierda para recordar información ocurrida en el pasado.
  • Un mentiroso ocupará más tiempo haciendo gestos con sus manos; puede rascarse el cuerpo o jugar con algún objeto. Cabe advertir que una persona que ha planeado sus respuestas tratará de controlar sus gestos.
  • Al mentir, el individuo apretará sus labios en señal de que retiene información. Si este gesto es repetitivo indica ansiedad. El gesto se vuelve más revelador si además traga saliva, ya que cuando alguien se pone nervioso la boca se reseca.
  • Una persona que miente cerrará todas sus ventanas interiores que puedan revelar la información que no desea que se descubra. Una señal de este comportamiento será cruzarse de brazos y/o de piernas.
  • Otra prueba contundente para descubrir a cualquier mentiroso es observar si sus palabras son incongruentes con sus movimientos y gestos. Por ejemplo, si el sospechoso vuelve la cabeza hacia el interlocutor, pero su cuerpo apunta hacia el lado contrario.
  • Por último, debemos observar su manera de sonreír. La sonrisa es el gesto más común para encubrir una mentira. Una verdadera sonrisa transforma la expresión del rostro por completo.


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