Nuestro miedo más profundo no es el de ser inadecuados.

Nuestro miedo más profundo es el de ser poderosos más allá de toda medida.

Es nuestra luz, no nuestra oscuridad, lo que nos asusta. Nos preguntamos:

¿Quién soy yo para ser brillante, hermoso, talentoso, extraordinario?

Más bien, la pregunta a formular es: ¿Quién eres tú para no serlo?

jueves, 29 de septiembre de 2011

Dolor


El dolor hace pensar al hombre.
El pensamiento vuelve al hombre sabio.
La sabiduría vuelve la vida aceptable.

Proverbio de Okinawa

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