Nuestro miedo más profundo no es el de ser inadecuados.

Nuestro miedo más profundo es el de ser poderosos más allá de toda medida.

Es nuestra luz, no nuestra oscuridad, lo que nos asusta. Nos preguntamos:

¿Quién soy yo para ser brillante, hermoso, talentoso, extraordinario?

Más bien, la pregunta a formular es: ¿Quién eres tú para no serlo?

miércoles, 28 de septiembre de 2011

Expectativas

Chuang Tzu sostuvo: "Si el arquero dispara por nada, tiene el dominio de sus facultades. Si dispara por un brazalete de metal, ya se ha puesto nervioso. El premio lo tiene dividido. Se preocupa más por ganar que por el modo de apuntar la flecha. El afán por vencer le roba su fuerza". 







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