Poema que dio fuerzas a Nelson Mandela durante su estadía en la cárcel, luego lo utilizó el mismo para inspirar al Seleccionado de Rugby Sudafricano a ganar la copa mundial de Rugby en 1995. A continuación lo transcribo:
En la noche que me envuelve
negra como el abismo insondable,
yo agradezco al dios que fuere
por mi espíritu inconquistable.
En las azarosas garras de las circunstancias
yo he gemido pero no he llorado
Bajo los golpes del destino
mi cabeza ensangrentada sigue erguida.
Más allá de este lugar de furia y lágrimas
donde yace el Horror de la Sombra,
la amenaza de los años
me encuentra, y me encontrará, sin miedo.
No importa cuán estrecho sea el camino,
cuán cargada de castigos la sentencia,
soy el amo de mi destino:
soy el capitán de mi alma.
Autor: William Ernest Henley (1849 -1903), poeta, crítico y redactor inglés.
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