Imaginen la vida como un juego en el que ustedes hacen malabarismos con cinco bolas que arrojan al aire.
Cada una de ellas son el trabajo, la familia, la salud, los amigos y el espíritu.
Pronto se darán cuenta de que el trabajo es una bola de goma.
Si se cae, rebota.
Pero las otras cuatro bolas: familia, salud, amigos y espíritu, son de vidrio.
Si se deja caer una de esas, va a quedar irrevocablemente dañada, rayada, rajada o rota.
Nunca volverán a ser las mismas.
Compréndanlo y busquen el equilibrio en la vida.
Cómo?
No disminuyan su propio valor comparándose con otros.
Es porque somos todos diferentes que cada uno de nosotros es especial.
No fijen sus objetivos en razón de lo que otros consideran importante.
Sólo ustedes están en condiciones de elegir lo que es mejor para ustedes.
No den por supuestas las cosas más queridas por su corazón.
Apéguense a ellas como a la vida misma; porque sin ellas la vida carece de sentido.
No dejen que la vida se les escurra entre los dedos por vivir en el pasado o para el futuro.
Si viven un día a la vez, vivirán TODOS los días de su vida.
No abandonen cuando todavía son capaces de un esfuerzo más.
Nada termina hasta el momento en que uno deja de intentar.
No teman admitir que no son perfectos. Ese es el frágil hilo que nos mantiene unidos.
No teman enfrentar riesgos. Es corriendo riesgos que aprendemos a ser valientes.
No excluyan de sus vidas al amor diciendo que no se lo puede encontrar.
La mejor forma de recibir amor es darlo; la forma más rápida de quedarse sin amor es aferrarlo demasiado; y la mejor forma de mantener el amor el darle alas.
No corran tanto por la vida que lleguen a olvidar no sólo donde han estado sino también a dónde van.
No olviden que la mayor necesidad emocional de una persona es la de sentirse apreciado.
No teman aprender. El conocimiento es liviano, es un tesoro que se lleva fácilmente.
No usen imprudentemente el tiempo o las palabras. No se pueden recuperar.
La vida no es una carrera, sino un viaje que debe ser disfrutado a cada paso.
El Ayer es historia, el Mañana es Misterio y el Hoy es un regalo: por eso se lo llama… el Presente.
Autor: Bryan Dyson - ex presidente de Coca Cola
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