Tener presentes a estas dos virtudes nos ayudará a afrontar imprevistos que de otro modo nos pueden paralizar.
No siempre resulta fácil agradecer lo que la vida nos da, nos cuesta hacer una valoración positiva de lo que de entrada nos produce dolor y tristeza.
Con gratitud y humildad, la aceptación brota y fluye como agua clara en el curso de un río y se vislumbra la paz de nuestra alma.
Vall de les Corticelles, junio 2010
La gratitud y la humildad permiten aprender, avanzar y ganar confianza en el Ritmo del Universo.
En los días que la niebla no deja ver la salida del sol, es mejor esperar al día siguiente.
No hay comentarios:
Publicar un comentario