El ratón de la ciudad invita un día al del campo a acompañarle a la casa donde vive para impresionarle.
Allí le introduce en la despensa llena de las mejores viandas (queso, miel, panceta, etc) pero apenas han empezado a degustarlas cuando unos gatos irrumpen en la habitación poniendo en fuga a ambos ratones. Asustado por la experiencia el ratón campestre decide volver a su madriguera renunciando a las riquezas con riesgo que le ofrecen y expresando así la moraleja de la historia: "más vale una vida modesta en paz y sosiego que todo el lujo del mundo con peligros y preocupaciones".
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